La pasividad puede darse en diferentes grados, es posible que con frecuencia aplacemos determinadas actividades, o bien, que existan actividades que aplazamos de forma permanente, e incluso, en los casos más graves, puede convertirse en un estilo de vida donde realizar la más insignificante actividad se convierte en un suplicio. Esta es una característica importante de la Depresión, donde la persona no consigue movilizarse o motivarse para realizar ninguna actividad por gratificante que sea.
Sea cual sea el grado, la inactividad puede llevarnos a un círculo vicioso de difícil salida:
De modo que, no hacer nada nos hace sentirnos inútiles, esto tristes y esto, por último hace que no nos apetezca hacer nada y así sucesivamente. En definitiva,
Cuanto menos cosas hacemos, menos nos apetece hacer y más tristes e inútiles nos sentimos.
Cuanto más nos metemos en el círculo y más tiempo mantenemos una situación de inactividad, más difícil será salir de él porque con el tiempo, la persona va perdiendo sus contactos: cada vez sale menos, pierde amigos, puede perder su trabajo e incluso su pareja, cansada de tener al lado una persona inmóvil y aburrida. Por todo ello, es importante pedir ayuda cuanto antes y romper el círculo al primer signo de pasividad.
Rompe el Círculo Vicioso
Para romper el círculo vicioso hay que acabar con el aplazamiento y la inactividad y para eso solo es necesario comenzar con pequeños, pero valiosos pasos:
1º Comprometerse firmemente con uno mismo y reconocer la necesidad de ayudarse. Responsabilizarse del cambio propio y trabajar para ello.
2º Valorar las actividades que sí se realizan. Lo más frecuente es que la inactividad no sea total, generalmente hacemos cosas aunque no las valoramos. Planchar, cocinar, ir a comprar el pan o ver la TV es actividad.
3º Realizar un horario. Una buena idea es realizar un horario semanal. Primero pondremos las horas que ya tenemos ocupadas con actividades y después iremos progresivamente haciendo pequeños pasos. Es decir, la primera semana ocuparemos dos horas más con alguna actividad divertida que hacíamos antes y que ya hemos abandonado. Al final de la semana, si hemos cumplido el objetivo nos felicitamos por ello (“lo que conseguido, consigo lo que me propongo, ¡¡BIEN!!”) y podemos añadir alguna actividad más. Si no se te ocurren cosas que puedas hacer aquí plantemos algunas ideas:
Pequeños Pasos:
Llamar a una amigo/a
Ir a clases de inglés
Ordenar mi armario
Ir al cine
Comprarme unos pantalones
Contarle algo a alguien
Hacer un pastel
Leer un libro
Hacerle un regalo a alguien
Hacernos un regalo a nosotros mismos, etc.
Grandes pasos:
Planificar unas vacaciones
Apuntarse a un curso interesante
Jugar con los hijos
Buscar trabajo
Practicar deporte
Hacer una reforma en casa
Ser voluntario/a en una ONG
Dejar de fumar
Asistir a reuniones de asociaciones
Montar una fiesta, etc.
4º No aplazar ninguna actividad que quiera o tenga que hacer. Es importante recordar que las excusas y los “peros” nos llevan a que cada vez nos apetezca menos hacer las cosas impidiendo que podamos salir del círculo vicioso. Si realmente cuesta mucho realizar alguna actividad se puede dividir la tarea en tareas más pequeñas y realizar solo una parte.
5º Detectar los pensamientos negativos. Antes de realizar alguna actividad es posible que algunos pensamientos negativos nos frenen: “no voy a poder”, “es absurdo intentarlo porque nada puede hacer que mi situación mejore”,” todo es inútil”, etc. Si nos dejamos llevar por estos pensamientos no conseguiremos romper el círculo. Al detectarlo, solo tenemos que tratar de cambiarlos por otros pensamientos más ajustados a la realidad: “es mejor intentarlo que quedarme con las ganas”, “antes me gustaba, ahora seguro que también, solo tengo que probar”, etc.
Siguiendo estos pasos, es probable que comience a hacer cosas gratificantes que le van a proporcionar satisfacción, y esto va a ayudar a mejorar su estado de ánimo, lo que va a facilitar que realice más actividades consiguiendo así romper el círculo vicioso.
Mas Informacion:
http://www.guiadepsicologia.com/autoayuda/pasividad.html
Sea cual sea el grado, la inactividad puede llevarnos a un círculo vicioso de difícil salida:
De modo que, no hacer nada nos hace sentirnos inútiles, esto tristes y esto, por último hace que no nos apetezca hacer nada y así sucesivamente. En definitiva,
Cuanto menos cosas hacemos, menos nos apetece hacer y más tristes e inútiles nos sentimos.
Cuanto más nos metemos en el círculo y más tiempo mantenemos una situación de inactividad, más difícil será salir de él porque con el tiempo, la persona va perdiendo sus contactos: cada vez sale menos, pierde amigos, puede perder su trabajo e incluso su pareja, cansada de tener al lado una persona inmóvil y aburrida. Por todo ello, es importante pedir ayuda cuanto antes y romper el círculo al primer signo de pasividad.
Rompe el Círculo Vicioso
Para romper el círculo vicioso hay que acabar con el aplazamiento y la inactividad y para eso solo es necesario comenzar con pequeños, pero valiosos pasos:
1º Comprometerse firmemente con uno mismo y reconocer la necesidad de ayudarse. Responsabilizarse del cambio propio y trabajar para ello.
2º Valorar las actividades que sí se realizan. Lo más frecuente es que la inactividad no sea total, generalmente hacemos cosas aunque no las valoramos. Planchar, cocinar, ir a comprar el pan o ver la TV es actividad.
3º Realizar un horario. Una buena idea es realizar un horario semanal. Primero pondremos las horas que ya tenemos ocupadas con actividades y después iremos progresivamente haciendo pequeños pasos. Es decir, la primera semana ocuparemos dos horas más con alguna actividad divertida que hacíamos antes y que ya hemos abandonado. Al final de la semana, si hemos cumplido el objetivo nos felicitamos por ello (“lo que conseguido, consigo lo que me propongo, ¡¡BIEN!!”) y podemos añadir alguna actividad más. Si no se te ocurren cosas que puedas hacer aquí plantemos algunas ideas:
Pequeños Pasos:
Llamar a una amigo/a
Ir a clases de inglés
Ordenar mi armario
Ir al cine
Comprarme unos pantalones
Contarle algo a alguien
Hacer un pastel
Leer un libro
Hacerle un regalo a alguien
Hacernos un regalo a nosotros mismos, etc.
Grandes pasos:
Planificar unas vacaciones
Apuntarse a un curso interesante
Jugar con los hijos
Buscar trabajo
Practicar deporte
Hacer una reforma en casa
Ser voluntario/a en una ONG
Dejar de fumar
Asistir a reuniones de asociaciones
Montar una fiesta, etc.
4º No aplazar ninguna actividad que quiera o tenga que hacer. Es importante recordar que las excusas y los “peros” nos llevan a que cada vez nos apetezca menos hacer las cosas impidiendo que podamos salir del círculo vicioso. Si realmente cuesta mucho realizar alguna actividad se puede dividir la tarea en tareas más pequeñas y realizar solo una parte.
5º Detectar los pensamientos negativos. Antes de realizar alguna actividad es posible que algunos pensamientos negativos nos frenen: “no voy a poder”, “es absurdo intentarlo porque nada puede hacer que mi situación mejore”,” todo es inútil”, etc. Si nos dejamos llevar por estos pensamientos no conseguiremos romper el círculo. Al detectarlo, solo tenemos que tratar de cambiarlos por otros pensamientos más ajustados a la realidad: “es mejor intentarlo que quedarme con las ganas”, “antes me gustaba, ahora seguro que también, solo tengo que probar”, etc.
Siguiendo estos pasos, es probable que comience a hacer cosas gratificantes que le van a proporcionar satisfacción, y esto va a ayudar a mejorar su estado de ánimo, lo que va a facilitar que realice más actividades consiguiendo así romper el círculo vicioso.
Mas Informacion:
http://www.guiadepsicologia.com/autoayuda/pasividad.html
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