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2 de julio de 2012

Trastornos alimenticios, Anorexia


La anorexia es una enfermedad mental que consiste en una pérdida voluntaria de peso por un deseo patológico de adelgazar y un intenso temor a la obesidad.
La pérdida de peso es conseguida por la persona enferma mediante uno o más de los siguientes procedimientos:
  • Reducción de la alimentación, especialmente de los alimentos que contienen más calorías.
  • Ejercicio físico excesivo.
  • Utilización de medicamentos reductores del apetito, laxantes o diuréticos.
  • Vómitos provocados.
De esta manera, se produce una desnutrición progresiva y trastornos físicos y mentales que pueden ser muy graves e incluso conducir a la muerte.
Preferentemente la padecen chicas jóvenes de edades comprendidas entre 14 y 18 años, colectivo que agrupa el 90% de los casos; en el 10% restante se encuentran chicos adolescentes, niños menores de 12 años, niñas y mujeres maduras.
Los datos hablan por si solos: en los últimos diez años el incremento del número de afectados por anorexia ha sido galopante. En la actualidad, en los países desarrollados, la anorexia nerviosa afecta aproximadamente a una de cada 200 jóvenes de entre 12 y 14 años.
La anorexia nerviosa es más frecuente en la mujer que en el varón en una proporción de 10 a 1.
La mortalidad por anorexia nerviosa es de un 10% entre las pacientes que la padecen.

Causas:

La enfermedad no tiene una causa única, sino que existen elementos biológicos, psicológicos y sociales que predisponen a padecerla o la desencadenan directamente.
Los factores que configurarían un grupo de riesgo serían uno o varios de los siguientes:
  • Ser mujer joven.
  • Tener antecedentes familiares de anorexia, bulimia, trastornos depresivos, obsesivos o alcoholismo.
  • Sufrir previamente un problema de obesidad o simplemente algo de sobrepeso.
  • Poseer determinados rasgos de carácter: ser perfeccionista, excesivamente responsable para la edad o situación, sufrir de inseguridad, timidez o introversión, o tener una baja autoestima.

Los factores desencadenantes de la enfermedad suelen ser uno o varios de los siguientes:
  • Haber ganado peso recientemente y estar a régimen.
  • Padecer alguna enfermedad que dificulte o impida comer durante unos días (amigdalitis, gastroenteritis, etc.).
  • Haber incrementado el ejercicio físico.
  • Recibir críticas sobre el tipo o el peso, en cualquier ambiente.
  • Tener que enfrentarse a situaciones nuevas o difíciles, perder a seres queridos, encontrarse en situaciones de aislamiento o soledad.
Los factores sociales que predisponen a la enfermedad, e incluso la desencadenan, son muchos y muy complejos. La presión social y mediática que existe en torno a la línea y el adelgazamiento tiene un papel decisivo en la aparición y desarrollo de la enfermedad; la moda y la publicidad incitan más frecuentemente a adelgazar que a mantener una buena salud.
Los factores que predisponen y los sociales interactúan entre si determinando una serie de cambios en la personalidad y conducta que, en la pubertad y bajo el influjo de los factores precipitantes, conducen al deseo de adelgazar mediante la realización de dietas y/o ejercicio físico exagerado, lo que en efecto produce una pérdida de peso progresiva. La desnutrición resultante provoca trastornos mentales que refuerzan el deseo de seguir adelgazando, instaurándose de esta manera un terrible círculo vicioso psíquico del que es muy difícil escapar.

Sintomas:

Es preciso abrir los ojos ante ciertos comportamientos como:
  • Hacer deporte en exceso y tener preferencia por los alimentos light.
  • Tener un estado de ánimo triste con grandes cambios de humor y aislarse continuamente.
  • En relación con los alimentos: hacer trozos pequeños, esparcirlos por el plato, revolver la comida, secarla con servilletas para evitar todo tipo de grasa.
  • Padecer estreñimiento debido a su escasa dieta y tener dificultades para dormir bien.
  • Acumular golosinas y comer con la sensación de no poder parar, en el caso de la bulimia.
  • Negativa a mantener el peso corporal por encima de un peso normal mínimo para la edad y altura; por ejemplo, pérdida de peso dirigida a mantener el peso en 15 por ciento por debajo del esperado.
  • Intenso temor a aumentar de peso o engordar, aun cuando tenga peso insuficiente.
  • Percepción distorsionada del peso, tamaño o figura de su cuerpo.
  • En las mujeres, la ausencia de por lo menos tres ciclos menstruales consecutivos.
En general, se puede estar absolutamente seguro de que una persona tiene anorexia si se observan las siguientes tres señales de alarma constantes y esenciales:
SEÑALES DE ALARMA:
1- Peso corporal anormalmente bajo.
2- Mantenimiento deliberado de ese peso corporal mediante dieta, ejercicio, abuso de laxantes o diuréticos, o una combinación de los tres.
3- Síntomas de inanición


Como medidas preventivas habría que tener en cuenta las siguientes:
  • Evitar la comida rápida, bollería industrial y golosinas, alimentos que deben ser excepción y no costumbre
  • Valorar a los hijos sin tener en cuenta su peso. Si hay que modificar hábitos alimenticios, se hará sin observaciones negativas.
  • Reforzar la autoestima de sus hijos.
  •  
    Gracias:

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