HM

19 de julio de 2010

Cómo controlar el mal carácter


El carácter es algo que nos diferencia notablemente a unas personas de otras. Hay personas que son más temperamentales, puro fuego. Por el contrario hay otras más tranquilas que apenas lo sacan y a veces incluso se dejan avasallar. Lo ideal en este tema es encontrar el equilibrio, ese equilibrio se llama asertividad.

La asertividad es la capacidad de dar tu opinión y no dejarte controlar ni manipular por los demás. Todo esto sin utilizar palabras hirientes ni buscando culpables, sino desde la conciliación, el buen entendimiento y poniendo la resolución como principio básico. A la vez siendo firmes y no permitir que se abuse de nuestra buena voluntad.

Pero un carácter descontrolado va a perjudicar más que beneficiar. Animate pues a que dejar atrás la excusa de: “es que soy así”, y hagas un pequeño esfuerzo para comenzar a controlar tu carácter, ya que al final la única perjudicada a causa de ese descontrol eres tú.

  • Cuenta hasta diez antes de explotar y vuelve a pensar en frío.

Normalmente cuando el carácter explota, es un efecto reactivo automático. No hay que pensar, algo sucede y sobre la marcha nuestra sangre comienza a hervir y explotamos.

Lo que te propongo es que cuentes a diez en ese momento y respires hondo. Cuando hayas hecho eso, comienza a reflexionar sobre lo que es mejor para ti, lo que más te conviene. Normalmente una explosión de carácter provoca unos efectos negativos y devastadores sobre las demás personas.

Si las posibilidades de solución ya eran bajas inicialmente, con la explosión no sólo no lo arreglaremos sino que en la mayoría de los casos empeoraremos la situación. En estos momentos debes de relegar el tener la razón por debajo de solucionar el caso que tienes entre manos.

  • Entrenamiento

Muchos preguntan: pero ¿cómo controlo mi carácter?, es muy difícil. La respuesta es entrenamiento.
Todos los músculos de nuestro cuerpo necesitan ejercitarse, y nos olvidamos de que el cerebro también es un músculo. Y que el primer día no podemos hacer un triple salto mortal, pero con un entrenamiento frecuente, podremos lograr maravillas.

Inténtalo una y otra vez, aunque no lo consigas muchas veces. Vuelve a intentarlo cada vez, reflexiona que es lo que falló la última vez y vuelve a intentarlo corrigiendo las carencias que observes.

Es muy importante no desfallecer en este paso. Nada en esta vida se aprende sin práctica, práctica y práctica.

  • Utiliza las influencias externas

Tenemos muchísimos mecanismos a mano que nos pueden ayudar tanto a controlar nuestro carácter como a cambiar estados de ánimo que no nos satisfacen, o a conseguir un estado de ánimo deseado.

Por ejemplo la música es uno de los mecanismos más efectivos para conseguir estados de ánimo, podemos relajarnos, sentirnos con energías, ponernos nerviosos, llorar o con ganas de comernos el mundo.

Una buena comedia puede hacerte cambiar el humor. Recuerdo hace muchos años una vez que fui al cine con mi pareja, por el camino nos peleamos. La película era una comedia “Dos tontos muy tontos”, al poco de comenzar la película se desencadenaron las carcajadas y se nos quitó el enfado.

Utiliza los medios con que cuentas a tu alrededor para cambiar tu estado de ánimo y que tu carácter no explote con tanta facilidad impidiéndote conseguir tus metas.

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